¿Deben los jóvenes meterse en política?
En un país que se prepara para unas elecciones muy importantes, muchos jóvenes aún creen que la política es algo sucio o ajeno. Pero, ¿y si precisamente por eso necesitan involucrarse? Participar no es solo un derecho, es una forma de construir el futuro. En esta nota te contamos por qué es urgente que las nuevas generaciones se informen, opinen y actúen. Porque la política cambia, cuando los jóvenes deciden ser parte.
Por el equipo de redacción estudiantil
Colegio Alemán de Santa Cruz
“La política es sucia.” “No sirve para nada.” “Es cosa de adultos.”
¿Cuántas veces hemos escuchado estas frases? Quizás hasta las hemos dicho. Muchos jóvenes sienten rechazo, miedo o simplemente indiferencia hacia la política. Y no es raro: lo que vemos en las noticias muchas veces es corrupción, peleas, insultos, promesas vacías y cero soluciones.
Pero… ¿y si ese es justamente el problema?
¿Y si la política se ha ensuciado porque los buenos, los honestos y los capaces —como tú, como nosotros— han decidido no meterse?
🔍 ¿Por qué importa la política?
Aunque no lo parezca, la política está en todo: en la calidad del agua que bebemos, en si hay o no hay profes en el colegio, en los precios del pan, en el Internet que usamos, en si habrá o no oportunidades para estudiar o trabajar. Decidir no participar no te libra de sus consecuencias. Al contrario, otros deciden por ti.
Este año, Bolivia vivirá elecciones clave: el 17 de agosto elegiremos presidente, vicepresidente, senadores y diputados. Y aunque algunos todavía no tengan edad para votar, eso no significa que no tengamos voz.
🎓 ¿Por qué deberíamos involucrarnos?
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Porque nos afecta directamente.
Lo que decidan hoy los políticos marcará los próximos cinco años de nuestra vida: educación, salud, empleo, transporte, todo. -
Porque si no participamos, otros eligen por nosotros.
No votar es dejar que otros —a veces los peor informados— decidan por todo un país. -
Porque la política necesita aire fresco.
Gente nueva, con ideas nuevas, con valores, con energía. Si los jóvenes nos mantenemos al margen, el poder seguirá en manos de los de siempre. -
Porque tenemos mucho que decir.
Sabemos identificar lo que no funciona y tenemos propuestas. No somos el futuro, somos el presente.
🙋♂️ ¿Y cómo se puede participar?
Aunque no votemos aún, hay muchas formas de hacernos oír:
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Participar en debates y foros escolares.
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Crear contenido en redes sociales sobre temas que nos importan.
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Sumarnos a campañas cívicas o ambientales.
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Integrarnos en gobiernos estudiantiles.
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Preguntar, cuestionar, informarse, exigir.
💡 ¿Y si no sabemos lo suficiente?
Nadie nace sabiendo política. Pero se aprende. En el aula, en casa, en la calle, en los medios. Lo importante es tener curiosidad, pensamiento crítico y compromiso.
La educación cívica no es solo una materia. Es una herramienta para vivir mejor y hacer que otros vivan mejor. La política no tiene que ser pelea ni corrupción. Puede ser diálogo, soluciones, servicio.
🧠 Una última reflexión
Si la política está sucia, limpiémosla con nuestra participación.
Si da miedo, enfrentémoslo juntos.
Si creemos que todo está perdido, entonces luchemos por cambiarlo.
En estas elecciones, ya sea con un voto, una opinión, una idea o una acción, los jóvenes tenemos un rol. Que no te digan que no puedes. Que no te digan que no importa.
Porque cuando los jóvenes se meten en política, la política cambia.
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