Los efectos del cambio climático en Bolivia

 

  • De acuerdo a estudios de la Fundación Amigos de la Naturaleza, entre 1980 y 2020 la temperatura en Bolivia ha subido 0,5 grados más de lo debido y en algunas partes del país se incrementó hasta un grado



Los efectos del cambio climático en el territorio boliviano se vienen observando con características muy graves como el incremento de las sequías, menor disponibilidad de agua, inundaciones, desastres naturales más frecuentes, lo que hace temer la escasez de alimentos si es que estos fenómenos continúan agravándose. Los expertos han observado que desde 1980 Bolivia ha registrado distintos cambios en el clima.


De acuerdo a estudios de la Fundación Amigos de la Naturaleza, entre 1980 y 2020 la temperatura en Bolivia ha subido 0,5 grados más de lo debido y en algunas partes del país se incrementó hasta un grado, dato preocupante pues está por arriba del promedio global, lo que además de los efectos mencionados, podría aumentar la incidencia de enfermedades causadas por intensas y más prolongadas olas de calor. 


Según datos del Banco Mundial, Bolivia ocupa el décimo lugar en el ránking del Riesgo Climático Global y ha sufrido en los últimos años daños significativos debido a eventos climáticos extremos como altas temperaturas, lluvias intensas, con frecuentes deslizamientos e inundaciones que generaron un impacto económico y social enorme. 


De acuerdo a la Autoridad Plurinacional de la Madre Tierra, los departamentos de La Paz, Potosí y Oruro son las más afectadas debido a la baja capacidad de adaptación de las tierras al cambio climático, la falta de recursos para obras de mitigación y la falta de conciencia de la población sobre la gravedad del fenómeno que los amenaza. El impacto social puede ser mayor que en otras regiones debido a que la agricultura de estas regiones es de tipo familiar y supervivencia y está más expuestas a los efectos del clima.


Según un informe del Ministerio de Medio Ambiente y Agua, más de 2 millones de personas han sido afectadas por el cambio climático en Bolivia en la última década. Entre los eventos más devastadores se encuentran las sequías prolongadas en el altiplano, las inundaciones en el oriente y los incendios forestales en la Chiquitanía, que han dejado a comunidades enteras sin acceso a agua potable, vivienda y seguridad alimentaria.

Los efectos del cambio climático en Bolivia han sido devastadores, afectando no solo a las poblaciones rurales, sino también a las ciudades. La reducción de los glaciares, por ejemplo, pone en peligro el abastecimiento de agua en La Paz y El Alto, mientras que el aumento de las temperaturas afecta la producción agrícola en los valles. Estos cambios han generado una migración climática interna, con familias enteras desplazándose a las ciudades en busca de mejores condiciones de vida.

Expertos en climatología advierten que Bolivia es altamente vulnerable a los efectos del cambio climático debido a su ubicación geográfica y a la falta de políticas públicas efectivas de mitigación y adaptación. Investigadores de la Universidad Mayor de San Andrés señalan que la deforestación acelerada y la expansión de la frontera agrícola han agravado la crisis climática, reduciendo la capacidad de los ecosistemas para regular el clima y proteger las fuentes de agua.

Diversos estudios han demostrado que el cambio climático está alterando los ciclos hidrológicos en Bolivia. Un informe del Instituto Boliviano de la Montaña revela que los glaciares andinos han perdido el 50% de su masa en los últimos 50 años, lo que compromete la disponibilidad de agua en la región. Asimismo, el Centro de Estudios para el Desarrollo Laboral y Agrario advierte que las precipitaciones han cambiado drásticamente, con temporadas de lluvias más cortas e intensas seguidas de largos períodos de sequía.

Ejemplos concretos de estos efectos pueden observarse en distintas regiones del país. En Beni, las lluvias extremas han provocado inundaciones que destruyen viviendas y cultivos, dejando a miles de familias sin sustento. En Potosí, la escasez de agua ha reducido la producción de quinua y papa, afectando la seguridad alimentaria y la economía local. En la Chiquitanía, los incendios han devastado más de 4 millones de hectáreas de bosques, afectando la biodiversidad y el modo de vida de las comunidades indígenas.

Las historias de los afectados son conmovedoras. Juana Mamani, agricultora de Cochabamba, relata cómo la falta de lluvias ha reducido sus cosechas y obligado a su familia a buscar trabajo en la ciudad. En Beni, el ganadero Luis Suárez perdió más de la mitad de su ganado debido a las inundaciones, lo que lo dejó en la ruina. Mientras tanto, en la Amazonía boliviana, comunidades indígenas han visto sus territorios reducidos por la sequía y los incendios, amenazando su supervivencia y cultura.

En conclusión, el cambio climático en Bolivia representa una amenaza latente que afecta a millones de personas y pone en peligro la sostenibilidad ambiental y económica del país. Las evidencias científicas y los testimonios de los afectados demuestran que es urgente tomar medidas para mitigar sus efectos y adaptarse a esta nueva realidad.

Como periodista, es fundamental generar conciencia sobre la magnitud del problema y presionar a las autoridades para que implementen políticas efectivas. Se deben fomentar prácticas sostenibles en la agricultura, proteger los bosques y promover el uso responsable del agua. Además, es necesario fortalecer la educación ambiental para que la población entienda la importancia de cuidar el planeta.

El llamado a la acción es claro: tanto el gobierno como la sociedad deben unirse para enfrentar el cambio climático. Es imprescindible invertir en proyectos de reforestación, infraestructura resiliente y energías renovables. Solo con un esfuerzo conjunto se podrá minimizar el impacto de esta crisis y garantizar un futuro sostenible para las próximas generaciones.


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