¿Qué tan malo puede ser el consumo de alcohol en la adolescencia?

 ¿Sabes realmente lo que pasa en tu cuerpo y tu mente cuando bebes? Analizamos por qué el alcohol no es solo un "trago" más.


Equipo de periodismo estudiantil del Colegio Alemán Santa Cruz


Los adolescentes nos preguntamos más de una vez sobre el consumo de alcohol. ¿Hay alguna medida? ¿Puedo dominarlo o es inevitable caer en la adicción? El mundo parece decirnos que beber es parte de la diversión, que es lo normal en fiestas y reuniones, pero ¿Qué hay de los riesgos que nadie quiere ver?

Cuando salimos, es común ver a grupos de amigos bebiendo en las fiestas e incluso en las calles. A primera vista, parece una forma de pasar un buen rato... y claro, también es una manera de socializar y sentir que perteneces a un grupo. Pero detrás de la música y las risas, se esconden verdaderos problemas, no solo para quienes viven cerca y sufren el ruido, sino para nosotros mismos.


Cifras que alarman 📊

A veces pensamos que somos los únicos que lo hacemos, pero las estadísticas demuestran que es un problema mucho más extendido. Según las estadísticas, en Bolivia, el alcohol es la sustancia más consumida por jóvenes de entre 13 y 17 años, con más del 35%. Lo más impactante es que la edad media para empezar a beber es a los 14 años. La mayoría de nosotros vemos el alcohol como algo inofensivo, pero esa percepción es la que, a largo plazo, puede llevarnos a una adicción.


¿Por qué lo hacemos? 🤔

Los adolescentes tendemos a imitar a los adultos que nos rodean, y eso incluye sus hábitos. Por curiosidad y rebeldía, probamos lo que se nos prohíbe, es una forma de sentirnos más grandes. A esto se suma la constante asociación entre alcohol y diversión en la publicidad y la cultura popular. No olvidemos la presión social: si tus amigos van a una fiesta donde hay alcohol y tú no, corres el riesgo de sentirte excluido.

Para muchos, el alcohol se convierte en una vía de escape, un "antídoto" artificial para la ansiedad, la tristeza o los problemas familiares. Se vuelve una forma de aumentar la confianza y olvidar las carencias afectivas. Y aquí es donde las alarmas deberían sonar, porque cuando el alcohol se convierte en una solución a nuestros problemas, deja de ser una simple diversión para volverse algo muy peligroso.



Señales de alerta 🚨

A veces es difícil saber si alguien tiene un problema. A medida que el consumo aumenta, las señales se hacen más visibles. Las señales físicas son evidentes: fatiga, ojos enrojecidos, vómitos y un enrojecimiento facial que difícilmente se puede ocultar. Pero las señales emocionales son más complicadas de identificar, porque a menudo se confunden con los cambios de humor y de personalidad que son típicos de la adolescencia. Aún así, debemos prestar atención a la falta de interés, la baja autoestima y los cambios bruscos en el comportamiento. No es raro que el abuso de alcohol termine afectando nuestro rendimiento escolar y cause conflictos en casa.


Peligros ocultos del alcohol 💀

El consumo de alcohol a nuestra edad es extremadamente peligroso. Nuestros cerebros y cuerpos aún se están desarrollando, y el alcohol puede causar daños permanentes. No solo afecta la memoria y el pensamiento, sino que nos hace más propensos a tomar decisiones arriesgadas que pueden tener consecuencias graves.

  • Accidentes: El alcohol reduce la coordinación, lo que aumenta el riesgo de caídas, ahogamientos y accidentes de tráfico, que son la principal causa de mortalidad en jóvenes.

  • Comportamientos sexuales de riesgo: Estar bajo los efectos del alcohol puede llevar a tener relaciones sexuales no planificadas, lo que incrementa la posibilidad de contraer enfermedades y embarazos no deseados.

  • Violencia: El alcohol nos vuelve más agresivos y propensos a meternos en peleas y comportamientos violentos. La desinhibición puede llevarnos a hacer cosas que nunca haríamos sobrios, como actos vandálicos o ilegales.

  • Consumo de otras drogas: El alcohol es una "puerta de entrada" a otras drogas. A menudo, el consumo de alcohol, tabaco y cannabis van de la mano.

  • Problemas de salud a largo plazo: El consumo excesivo de alcohol puede dañar el hígado y los huesos, y afectar nuestro crecimiento. Además, el cerebro de un adolescente es más vulnerable al daño que el de un adulto, lo que puede llevar a problemas de memoria, ansiedad y depresión.


El cerebro adolescente y el alcohol 🧠

Nuestro cerebro está en una etapa crucial de desarrollo, y el alcohol puede interferir con ese proceso. La parte del cerebro responsable de la toma de decisiones, la corteza prefrontal, es la última en madurar y, por lo general, lo hace a los 25 años. Cuando bebemos, el alcohol afecta esa parte del cerebro, lo que nos hace más impulsivos y menos capaces de pensar en las consecuencias. Es por eso que, a pesar de los riesgos, seguimos bebiendo y tomamos decisiones peligrosas. La publicidad lo sabe. Las empresas de alcohol han gastado millones en hacernos creer que beber es sinónimo de libertad, de ser más atractivo, interesante y divertido, pero la verdad es que nos convierte en la versión más vulnerable de nosotros mismos.




Recomendaciones para evitar los riesgos 🛡️

Como jóvenes, tenemos que ser conscientes de los peligros. Es fácil caer en la trampa de "todos lo hacen", pero la verdad es que no todos lo hacemos. Tenemos el poder de decir "no", de elegir la diversión de una manera segura y saludable. Aquí hay algunas recomendaciones para ti y para los que te rodean:

  • Habla de ello: Si ves a un amigo consumiendo demasiado, no te quedes callado. Hablar abiertamente con él o con alguien de confianza puede marcar la diferencia.

  • Busca pasatiempos saludables: Explora otras formas de diversión. Hay miles de actividades que no involucran alcohol, como deportes, música, videojuegos o cualquier otro hobby que te apasione. El ocio saludable es clave para evitar la necesidad de recurrir al alcohol.

  • Aprende a decir "no": Decir "no" puede ser difícil, especialmente si sientes la presión del grupo, pero es una habilidad fundamental. Recuerda que la verdadera pertenencia no depende de si bebes o no, sino de la calidad de tus relaciones.

  • Conoce a tus amigos: Asegúrate de que tus amigos te apoyen en tus decisiones. Si te presionan para beber, tal vez no son los amigos que necesitas.

Recuerda, la vida es mucho más que una fiesta, y tu futuro no debería depender de un trago. El alcohol puede parecer la solución a corto plazo, pero a la larga, solo trae más problemas. No dejes que la curiosidad, la presión social o la publicidad te hagan pensar lo contrario. Tú tienes el control.

¿Qué harás tú la próxima vez que te ofrezcan un trago?

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