Día del Estudiante ¿qué significa para nosotros y cómo podemos ser los mejores?
- El pasado 21 de septiembre celebramos en Bolivia el Día del Estudiante, una fecha que no debería pasar desapercibida.
- Más allá de los actos escolares, bailes o actividades recreativas, este día nos invita a pensar en lo que realmente significa ser estudiante y por qué esa condición no termina cuando dejamos el colegio o la universidad.
- Ser estudiante es mucho más que cumplir tareas o pasar exámenes: es vivir con el deseo constante de aprender, mejorar y progresar.
Redacción: Natalia Candano, Lara Ugalde, Regina Dada y Danna Real
La palabra estudiante proviene del latín studere, que significa “aplicarse a aprender”, “esforzarse” o “dedicarse con atención” a algo. En su raíz más profunda está la idea de un deseo intenso: el de conocer, comprender y superarse. Con el tiempo, esta palabra se fue especializando para referirse a quienes asisten a una institución educativa, pero en realidad todos somos estudiantes, porque todos tenemos algo que aprender hasta el último día de nuestra vida.
En este sentido, el Día del Estudiante no es solo una celebración juvenil: es un recordatorio de que estamos hechos para aprender siempre. Desde que nacemos hasta que morimos, el conocimiento es lo que nos permite crecer, soñar y transformar nuestro entorno. Y lo más valioso de este camino es que, para lograr nuestros sueños, no necesitamos usar la fuerza, sino la inteligencia, la creatividad y la capacidad de trabajar con otros.
Ser estudiante: una condición permanente
Dejar el colegio no significa dejar de ser estudiante. La vida misma es una gran escuela. Aprendemos de la familia, del trabajo, de los fracasos, de los viajes, de los amigos y hasta de las redes sociales. La diferencia es que, al crecer, ya no tenemos un maestro al frente de la clase, sino que debemos asumir la responsabilidad de ser nuestros propios guías. Por eso, la verdadera pregunta no es si dejamos de ser estudiantes, sino qué tipo de estudiantes queremos seguir siendo.
La importancia de este día
El 21 de septiembre reconoce el esfuerzo y la dedicación de quienes, día a día, asumen el reto de aprender. También nos recuerda que la educación es un derecho fundamental y que sin ella no hay progreso real. Ser estudiante significa tener en las manos la herramienta más poderosa que existe: el conocimiento. Y con esa herramienta podemos construir un futuro más justo, más libre y más humano.
Cómo ser un buen estudiante en el siglo XXI
Hoy vivimos en una era digital que multiplica las oportunidades de aprendizaje, pero también trae nuevos desafíos. No basta con conectarse a internet: hay que saber buscar, filtrar y aprovechar la información. Por eso, ser un buen estudiante en el siglo XXI implica mucho más que manejar tecnología.
Algunas claves para lograrlo son:
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Cultivar la curiosidad crítica: no aceptar la primera respuesta, sino comparar, analizar y verificar la información.
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Ser disciplinado: organizar bien el tiempo entre estudio, descanso y ocio para evitar distracciones.
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Usar la tecnología con inteligencia: aprovechar plataformas digitales, cursos en línea y bibliotecas virtuales.
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Fomentar la colaboración: aprender a trabajar en equipo, tanto en persona como en entornos virtuales.
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Cuidar la comunicación: expresarse con claridad y respeto, especialmente en redes sociales y foros.
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Aceptar la retroalimentación: aprender de los errores y estar abierto a mejorar siempre.
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Mantener la ética digital: respetar las fuentes, citar correctamente y no caer en la tentación del plagio.
El deseo que nos mueve
Cuando hablamos de estudiantes, no deberíamos pensar solo en jóvenes en un aula. Un padre que aprende a usar la tecnología para ayudar a sus hijos, un agricultor que incorpora nuevas técnicas, un médico que se actualiza en investigaciones, todos ellos son estudiantes. Lo son porque llevan dentro ese deseo de superarse y porque, como decía la raíz latina de la palabra, se aplican con atención y esfuerzo a lo que hacen.
El Día del Estudiante debería recordarnos que la clave del progreso de un país está en su gente que nunca deja de aprender. No importa la edad, ni el lugar, ni la profesión: lo esencial es no perder el deseo de crecer. Y eso, en definitiva, es lo que significa ser estudiante.
Porque ser estudiante no es una etapa, es una forma de vivir.
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