Los incendios son un problema de todos, tenemos que actuar



Aunque parezcan lejanos, los incendios afectan nuestra salud, economía y futuro. Estamos en el momento más crítico: sequía y vientos avivan el fuego.

Equipo de periodismo escolar del Colegio Alemán

Cuando hablamos de incendios forestales, muchos creen que se trata de un problema que ocurre lejos, en bosques y comunidades rurales. Sin embargo, el humo, la contaminación y las pérdidas económicas llegan hasta nuestras ciudades y afectan directamente a nuestra vida diaria. Estamos entrando en la etapa más dura del año: meses de sequía extrema y fuertes vientos que convierten cualquier chispa en un desastre fuera de control.

Santa Cruz es hoy el epicentro del problema. El departamento concentra la mayoría de los focos de calor del país y, con ello, la destrucción de bosques, la pérdida de biodiversidad y la saturación del aire que respiramos. El fuego no solo quema árboles: también enferma a miles de personas, destruye hogares, arruina cultivos y amenaza la seguridad alimentaria.

¿Cómo nos afecta a los jóvenes?

  • Respiramos aire contaminado que aumenta los riesgos de alergias, asma y problemas respiratorios.

  • La suspensión de clases por el humo corta nuestro ritmo académico.

  • La economía de nuestras familias se ve golpeada por el alza de precios en alimentos.

  • El paisaje natural que disfrutamos está siendo destruido.

  • Nuestro futuro depende de ecosistemas que hoy están en peligro.

¿Qué podemos hacer los jóvenes?

Aunque parezca que el problema es demasiado grande, siempre hay formas de cooperar: participar en campañas de reforestación, ayudar en colectas para bomberos, promover mensajes de prevención en redes sociales, evitar prácticas que generen fuego y, sobre todo, educar a nuestro entorno sobre la importancia de cuidar los bosques.



10 datos sorprendentes sobre los incendios en Bolivia

  1. Bolivia está en el segundo lugar mundial en número de focos de calor detectados.

  2. En 2010 se quemaron 9,6 millones de hectáreas; en 2024 fueron 10,8 millones.

  3. Solo en 2019, en la Chiquitania se quemó un área similar a la superficie de Costa Rica.

  4. El 2024 se registraron 27 mil casos de intoxicación por humo en todo el país.

  5. El 68% de los incendios de Bolivia se concentran en Santa Cruz.

  6. Hasta un 90% de las áreas quemadas vuelve a regenerarse, aunque con pérdida de fauna.

  7. Más de la mitad de los incendios ocurren en bosques fiscales sin control estatal.

  8. La quema agrícola (chaqueo) es la principal causa humana de los incendios.

  9. Los incendios generan un índice de contaminación en ciudades de Santa Cruz que alcanza niveles “peligrosos” según la OMS.

  10. El humo puede viajar miles de kilómetros: hubo reportes de nubes contaminantes cruzando océanos en otras partes del mundo.


Recomendaciones básicas

  1. No encender fogatas ni tirar colillas de cigarro en áreas secas.

  2. Denunciar a quienes realicen chaqueos ilegales.

  3. Participar en actividades de concientización y voluntariado juvenil.

  4. Reducir el consumo de papel y madera, apoyando prácticas sostenibles.

  5. Usar mascarillas cuando la calidad del aire sea mala y proteger a niños y ancianos.


Los incendios no son un tema ajeno ni lejano. Como jóvenes, somos parte de la generación que puede marcar la diferencia: cuidando lo que queda, previniendo lo que viene y recordando que defender los bosques es defender nuestro propio aire, nuestra salud y nuestro futuro.



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